top of page

Y Ahora, ¿Qué podemos hacer?

  • Elias Henrique Cardoso
  • 27 jun
  • 3 Min. de lectura

Queridos amigos que nos habéis acompañado en este viaje a través del informe de la Gran Comisión. Empezamos con ese "cafecito" inicial, descubriendo que el Evangelio sigue más vivo que nunca, luego, nos asomamos al futuro, viendo cómo la fe florece en África, Asia y América Latina, y cómo nos enfrentamos a un mundo digital, a una sociedad que busca esperanza y a un planeta que necesita nuestro cuidado.


Hemos hablado de números, sí, como esos más de 3.000 millones de personas que aún no han escuchado claramente de Jesús, o los miles de idiomas que esperan la traducción de la Biblia. Pero más allá de las cifras, espero que hayamos sentido el latido del corazón de Dios por cada persona, por cada rincón de este mundo. Yo, al menos, he sentido cómo estas reflexiones me removían por dentro, me hacían preguntarme: "Y yo, ¿qué hago en todo esto?".


Quizás vosotros también os lo estéis preguntando. Porque es muy fácil leer, asentir, y luego seguir con nuestra vida como si nada. Pero creo que Dios nos inquieta para movernos, no para quedarnos paralizados. Y este llamado a la misión, a llevar las Buenas Nuevas, no es solo para unos pocos valientes que se van a países lejanos. ¡Claro que necesitamos misioneros así, y debemos orar por ellos y sostenerlos! Pero la misión empieza aquí mismo, en Pamplona, en nuestro barrio, en nuestra familia, en nuestro trabajo.


Cuando pensamos en Europa y Eurasia, regiones que nos tocan tan de cerca, vemos desafíos claros. El secularismo, el envejecimiento, a veces una sensación de cansancio espiritual... Pero también vemos oportunidades. La llegada de personas de tantos lugares, con su fe viva, las nuevas formas de conectar a través de la tecnología, si las usamos bien, pueden ser puentes para el Evangelio. La sed de autenticidad y de comunidad en una sociedad a menudo individualista es una puerta abierta para mostrar el amor de Cristo de forma práctica.

Entonces, ¿qué podemos hacer?


1. Orar con conocimiento: Ahora que sabemos un poquito más de la realidad global y local, nuestras oraciones pueden ser más específicas. Oremos por los pueblos no alcanzados, por los traductores de la Biblia, por las iglesias que sufren persecución, por nuestros vecinos aquí en Pamplona.


2. Vivir con autenticidad: Que nuestra fe no sea solo de domingo. Que la gente vea en nosotros algo diferente, una esperanza, una paz, un amor que no viene de este mundo. Recordad lo que hablábamos en el post sobre "Las Buenas Nuevas no tienen peros". ¡Vivamos y compartamos esa gracia sin añadirle cargas!


3. Acoger al extranjero y al necesitado: Nuestra ciudad está llena de personas de diferentes culturas. Abrir nuestra iglesia y nuestros hogares, compartir un café, una comida, una conversación… eso es misión. Estar atentos a las necesidades de los que nos rodean, ser manos que ayudan, eso es el Evangelio en acción.


4. Usar nuestros dones: Cada uno tiene talentos que Dios le ha dado. Algunos para enseñar, otros para servir, otros para escuchar, otros para organizar… Pongamos esos dones al servicio del Reino, aquí y ahora.


5. Ser generosos: La obra de Dios necesita recursos. Nuestra generosidad, por pequeña que parezca, puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien al otro lado del mundo, o aquí mismo.


6. No tener miedo de hablar de Jesús: Con amor, con respeto, pero sin esconder la razón de nuestra esperanza. A veces, una palabra sencilla, un testimonio personal, puede plantar una semilla que Dios hará crecer.


Amigos, el informe de la Gran Comisión no es para que nos sintamos abrumados por la tarea, sino para que nos sintamos invitados a participar en la aventura más grande y emocionante que existe: la expansión del Reino de Dios. Él no nos llama a ser perfectos, nos llama a ser fieles. Y no nos manda solos, va con nosotros todos los días.


Que este informe nos haya encendido una chispa en el corazón, un deseo renovado de ser parte activa de lo que Dios está haciendo en el mundo. Porque cada gesto cuenta, cada oración importa, cada vida transformada es una victoria del amor de Dios.

コメント


aposento
alto

Pamplona

623 162 068

aposentoaltopamplona@gmail.com

Calle Guelbenzu, 28 bajo -

Pamplona (Navarra)

  • White Instagram Icon
  • White YouTube Icon
  • White Facebook Icon

©Derechos reservados a la Iglesia Aposento Alto Pamplona

bottom of page